Es una enfermedad degenerativa que afecta a las articulaciones, provocando dolores e impotencia funcional.

Afecta en mayor medida a ancianos aunque se pueden dar casos prematuros que incapaciten a gente de menor edad.

No, es un proceso degenerativo que no tiene cura pero el conveniente tratamiento médico y fisioterapéutico contribuye a la disminución de su sintomatología.

La fisioterapia disminuye el dolor, aumenta el tono muscular y facilita la ruptura del ciclo de inestabilidad, desgaste y dolor asociado a esta dolencia. El calor profundo, la magnetoterapia, la electroterapia analgésica y la masoterapia han demostrado su eficacia como paliativo ante esta enfermedad aumentando la calidad de vida del enfermo.

El correcto diseño de un programa de ejercicios adecuado a las condiciones del enfermo aumenta el tono muscular y retarda el progreso de la enfermedad. Es aconsejable mantener un hábito de paseos cortos que no impliquen un gran esfuerzo, con frecuentes descansos y evitando terrenos inestables o inclinados.